Algunos consejos prácticos para que usted mismo pueda realizar esta tarea en su propia planta de rosal y prepararla para la floración de primaveras:
En primer lugar antes de empezar apodar, lave las herramientas con cloro o una solución formada por partes iguales de un desinfectante de heridas y agua, para evitar la transmisión de enfermedades de una planta a otra. Si durante la poda el rosal resulta dañado tape el corte con vela derretida con el fin de sellar las grietas e impedir la entrada de algún pulgón dañino para el rosal.
Quitar las ramas secas, dañadas o enfermas. Para saber si una rama está muerta, la superficie que se ve tras el corte del tallo es de color marrón, si está viva es de color blanco. Deshacerse de chupones que brotan del normalmente por la parte de abajo de la planta, los cuales no sirven para nada porque no dan flores y consumen agua y energía de la planta.
Los podrá reconocer porque las hojas son verde claro y son mas pequeñas. Quite de ellos desde donde nacen. Eliminar las flores marchitas debido a que afean al arbusto y le consumen energías para formar el nuevo brote. Las flores pasadas se deben quitar cortando por debajo de la segunda hoja a partir de la flor.
Hay varias ocasiones donde los rosales tienen brotes con tres capullos en el terreno. Si quiere flores más grandes y mejor formadas hay que deshacerse de dos de ellos, dejando solo el botón central. Los cortes siempre deben hacerse limpios, es decir, sin picotazos y estos tienen que ser al bisel de forma inclinada, con herramientas perfectamente afiladas.
